Equipo CCINFO
Las modificaciones laborales siempre nos afectan. Estamos acostumbrados a trabajar en un ambiente más ameno como son las bibliotecas, en las que los cambios de personal son mucho más lento que en las oficinas de empresas. Pero, no obstante, a veces surgen oportunidades más tentadoras, o se acerca el momento de la jubilación, a veces tan añorada, y entonces, los cambios pueden afectar al resto del personal.
En las bibliotecas el personal ya está acostumbrado al cambio tecnológico que lo obliga a aprender el uso de nuevas herramientas, pero cuando alguien se va, los cambios son diferentes.
Entre los cambios de personal, puede ocurrir que el jefe o director de la biblioteca se retire por diversos motivos. Sin adentrarnos en ellos, lo que sí nos importa es cuál será la reacción del personal cuando este puesto sea ocupado por otra persona.
En realidad, para el personal no resultará muy fácil cambiar de jefatura, en especial si ya se lleva trabajando con esa persona por muchos años. La relación con el jefe puede que haya sido buena, excelente o desesperante, no obstante, un jefe nuevo es un enigma, un gran interrogante que produce mucha incertidumbre.
Todos tenemos hábitos o maneras de trabajar que ya fueron negociadas con el jefe; pero de repente viene otra persona y todo cambia, tiene una dinámica diferente de trabajo, sus pautas son más laxas o más rígidas, pero son diferentes. Incluso exige resultados al corto plazo.
Por otra parte, si lo vemos con la óptica del nuevo jefe, su situación tampoco es muy sencilla. Tiene que enfrentar a un nuevo grupo de trabajo que tiene determinadas modalidades de trabajo, quizá distintas a la que está acostumbrado. Por lo tanto, el nuevo jefe debe ser lo suficientemente coherente y discreto para hacer una transición efectiva y no traumática para nadie.
Lo importante es asumir una actitud de respeto y de buena predisposición, así, en un ambiente laboral más ameno, resultará más sencillo conocerse y llegar a un acuerdo de modalidad de trabajo.
Tenemos que partir de la base de que un nuevo jefe:
Un buen jefe mantiene todo lo bueno que ofrece el sistema y modifica todo aquello que es realmente vulnerable
Para poder llevar a cabo la primera etapa de transición tiene que contar con la cooperación de todo el personal. hay que cumplir con todas las tareas en los tiempos asignados
El nuevo jefe puede pedirle al personal hacer tareas que hasta el momento no se habían pautado, pero debe llegar a un acuerdo con los mismos para evitar desviaciones e inconsistencias en el momento de realizarlas
En probable que el nuevo jefe valore la proactividad del personal; por lo general la incorporación de un nuevo jefe promueve un aire de renovación en el sector
La concentración será una clave del buen administrador. Prestar atención en el momento preciso señala la diferencia entre la eficacia y los malos resultados
Es importante que el personal y el nuevo jefe aprendan a escucharse muy bien, ya que es mas que probable que algunas modalidades de trabajo dejen de practicarse y aparezcan nuevas maneras de hacer y de saber hacer.
Ser el nuevo en un sector de trabajo siempre es muy difícil y estresante, pero si el nuevo es el jefe, se entremezclan los sentimientos, las ganas o no de cooperar con el nuevo, así como la frustración de sentir que el trabajo del personal no fue lo suficientemente valorado como para tener a algunos de ellos en cuenta para asumir el puesto de trabajo que ha quedado acéfalo.
En cuanto al nuevo jefe, este por un tiempo se sentirá expuesto y evaluado constantemente, no solo por el empleador, sino también por el personal a cargo.
Entonces, sin importar de qué lado se esté, la aparición de un nuevo jefe de sector es una situación que puede producir roces y malos entendidos que deben ser solucionados de inmediato con la finalidad de que el lugar siga o empiece a suministrar un servicio adecuado.