Equipo de CCINFO
Usted va a concurrir a su primera entrevista laboral, o quizá, simplemente, busca cambiar de empleo. Tiene en su mente muchos consejos que les dieron sus amigos y familiares, algunos otros que leyó en los portales laborales: ser amable, respetuoso, puntual, sonriente, no demostrar nerviosismo, evitar el sudor de la manos, tener una vestimenta acorde al lugar en que se realiza la entrevista o al puesto que se postula, y muchas cosas más.
Ya está en el sitio de la entrevista, se abre la puerta y lo invitan a pasar. Si bien siente algún temor, se levanta y se dirige con firmeza a la oficina, saluda y da la mano sin titubear. Una vez sentado, y después de los primeros minutos de pura formalidad y presentación comienzan a llegar las primeras preguntas. Sabe que debe responder lo que el otro quiere escuchar, es muy importante ya que la primera impresión es en realidad la que cuenta y nada que pueda decir después hará cambiar ese momento.
Y ya estamos en carrera, y empiezan las preguntas del tipo:
Si no estás trabajando desde hace ya un tiempo: ¿por qué estuvo tanto tiempo sin trabajar? ¿Rechazó un par de ofertas? ¿No le interesaban las propuestas o no fue seleccionado?
Si está trabajando ¿cómo ha tenido tiempo de ir a la entrevista? ¿Es su horario de trabajo o está en horario de su tiempo libre?
Luego le harán preguntas relacionadas con su experiencia, contactos que puedan certificarla, si está trabajando cuál es el motivo que quiera cambiar de trabajo, y si no lo está qué lo impulsó a dejar de trabajar o si fue despedido, cuál fue el motivo.
Al reclutador, también le interesará si usted conoce el lugar para el que aplica, si tomo un poco de tiempo en averiguar que se hace en ese lugar, cuál es su objetivo, misión, visión, qué tipo de personas se desarrollan profesionalmente en ese espacio, y cualquier otro dato que usted haya podido recabar.
Vendrán luego otras preguntas que se relacionan con el “saber hacer” o sea con la aplicación del conocimiento, se simulará una situación para que usted la resuelva y poder ver así como se desempeña ante situaciones límite.
Por otra parte, el reclutador estudiará su carácter y querrá saber cómo es la relación que mantiene en un equipo de trabajo, cómo se relaciona con compañeros de trabajo y con su jefe, y seguramente le preguntará si ha tenido problemas con sus compañeros o con su jefe y de ser así de qué naturaleza.
Finalmente tratará de ver cómo reacciona y cómo sabe defender su postura al preguntarle ¿por qué debo contratarlo?
Muchas veces los candidatos dudan con esta pregunta, es como que los descoloca. Sin embargo es una pregunta que le permitirá hablar de sí mismo como profesional, resaltar los logros que ha tenido, en la que demostrará sus conocimientos sobre el lugar al que postula ya que unirá su experiencia con las necesidades del lugar y dejará en claro que ha detectado ciertas necesidades en la descripción del puesto que coinciden con sus conocimientos, habilidades, competencias y destrezas, y por lo tanto, puede transformarse en un buen colaborador para el lugar.
Simplemente debería valorizarse ante el otro y demostrarle no que es la mejor opción sino una muy adecuada a los requerimientos del lugar, que es una persona confiable, responsable, apasionada por lo que hace y que indudablemente podrá llevar a cabo sus actividades de manera óptima y que además será un colaborador que brindara al lugar un valor agregado que quizá otro candidato no podría hacerlo debido a su experiencia previa y a su innegable afán de conocer, interactuar y llevar a cabo cada vez más proyectos que muchas personas no se animarían a realizar.
Esta pregunta, indudablemente, nos da pie a demostrar lo que somos y lo que podremos ser a futuro, por lo tanto, es una pregunta para que el otro decida si somos la opción que el lugar necesita.