Ya hemos hablado muchas veces de las personas tóxicas y lo que puede causar el estar cerca de ellas. Son aquellas personas que suelen agotar nuestra energía positiva. Muchas veces hablando con nuestros amigos nos comentan o comentamos de ese usuario o compañero de trabajo tóxico. Sin embargo nunca nos planteamos si nosotros también no somos tóxicos.
Suele ocurrir que algunas conductas y señales de las personas que nos rodean nos hacen sospechar que probablemente nos ven como personas tóxicas.
Evitan nuestra compañía, no quieren discutir con nosotros por eso nos dan la razón en todo, o sea, nos tienen miedo. Si somos controladores e inseguros es probable que tengamos comportamientos tóxicos.
Podemos decir simplemente que una persona tóxica es aquella que nos daña. Desde el punto de vista emocional hay personas que son sumamente molestas, otras son tóxicas y algunas son realmente letales.
También puede ocurrir que en los ambientes laborales se entablen relaciones tóxicas. Se da en aquellos espacios laborales que tienen mucha presión o expectativas irreales sobre el equipo de trabajo.
En el trabajo se dan muchas presiones, se implanta un clima de miedo, angustia y presiones que provoca que los empleados desconfíen unos de otros, no sientan ganas de ir a trabajar, tengan poca empatía y todo el tiempo deseen que pase con rapidez la jornada laboral.
Las personas son tóxicas porque son poco o nada empáticas y proyectan sus carencias al otro; no pueden comprender al otro ni entender sus circunstancias, sólo pueden comprender lo que les ocurre a sí mismos pero no entienden el dolor que pueden sentir los demás antes circunstancias que no pueden manejar.
Para superar nuestros errores debemos comprometernos, cambiar y lograr una versión mejorada de nosotros mismos. La falta de seguridad, la baja autoestima, el miedo al cambio y la incertidumbre suelen convertirnos en personas tóxicas, nos dañamos al igual que a la gente que nos rodea. Entramos a sí a un camino en el que tratamos de dominar y de imponer nuestra voluntad a todos a nuestro alrededor. Discutimos sin sentido y provocamos el malestar general. Para revertir esta situación debemos apreciarnos, comprendernos, pensar en positivo y tener una vida emocional equilibrada, así evitaremos ser tóxicos.
Veamos algunas de las características que tienen las personas tóxicas, las mismas pueden darse en su totalidad o sólo alguna o algunas de ellas. Algunas personas son envidiosas, o sea una persona que desea lo que tienen o consiguen los demás, pero ¿realmente se esfuerza por llegar a su meta o simplemente se queja de que otros llegan por que quizá los ayudaron y a usted no?
Una persona tóxica puede ser dictadora, posiblemente tenga personal a cargo y se sienta insegura, por eso decide echarle la culpa a sus subordinados cuando fracasa en algún proyecto. También pueden ser manipuladoras emocionales, esas personas que logran conocer todos los secretos de su entorno y los utilizan en el momento más imprevisto. A veces son negativos, consideran que los cambios solo entorpecen las actividades que deben realizar, no aceptan que puedan realizarlas utilizando otras metodologías que les puede permitir optimizar el esfuerzo que deben realizar. Finalmente puede que sean psicópatas, sin ningún tipo de empatía, por eso no sienten ningún remordimiento cuando dañan a alguna persona, y tampoco les importa destruirlos para alcanzar sus objetivos.
Estas son solo algunas de las características que puede tener una persona tóxica, por eso es importante que realice un FODA personal para saber si usted es una persona tóxica y que trate de superar esa instancia por su bien y el de todos aquellos que lo rodean.
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