Lic. Patricia Allendez Sullivan
Hoy a los bibliotecarios nos resulta muy difícil mantener la atención de nuestros usuarios. Es que hay muchas distracciones, por lo tanto, tenemos que estar presentes en la web, en las redes sociales y en todos aquellos lugares que usualmente los usuarios visitan o emplean para comunicarse.
Por lo general encontramos a las bibliotecas en Facebook y en Twitter pero también podríamos contestar las consultas de los usuarios por medio de WhatsApp.
Veamos, WhatsApp nació de la mano de Jan Koum, ex Director de Operaciones de Yahoo. Mensajes gratis, sin límite alguno, a cualquier hora del día y con la posibilidad de adjuntar imágenes o videos con todos los contactos de la agenda que también empleen WhatsApp.
Para que la biblioteca pueda comunicarse por este medio con sus usuarios deberá contar con fondos suficientes para adquirir un Smartphone y mantener la línea. Esto, de por sí, puede convertirse en una limitación para aquellas bibliotecas que no cuenten con un buen presupuesto.
Además, será necesario, desde el punto de vista de la gestión, que las autoridades comprendan el porqué de la necesidad de sostener este servicio. ¿Nos interesa para demostrar a nuestros usuarios y colegas que tenemos fondos suficientes para mantener este servicio en el tiempo y qué tendrá algún sentido para nuestros usuarios? ¿Lo hacemos solo por nuestro ego? ¿Creemos firmemente qué un servicio de este tipo aportará algún valor agregado a nuestro usuario? Debemos justificar a nuestros superiores la inversión.
Este servicio debe tener una finalidad concreta, en caso contrario no subsistirá ya que se convertirá en un gasto sin sentido.
Creemos que este servicio puede aplicarse en bibliotecas universitarias, especialmente para alumnos de postgrado, ya que muchos de ellos, por obligaciones laborales, pueden llegar a ausentarse por breves períodos de tiempo y pueden usar este medio para solicitar asesoramiento bibliográfico, la renovación de un préstamo, la reserva de algún material que necesitan consultar o simplemente comunicarse con un bibliotecario para que le indique que biblioteca le recomienda consultar mientras se encuentre en determinado lugar geográfico.
Podría llegar a convertirse en un servicio útil en bibliotecas especializadas, especialmente del área biomédica, centros de documentación, archivos, bibliotecas de empresas, estudios jurídicos o contables, cuyos usuarios en su mayoría son investigadores o profesionales que necesitan información vital para tomar decisiones riesgosas.
WhtasApp puede ayudar a estas bibliotecas a brindar servicios óptimos y beneficiosos a sus usuarios, pero, tendremos que tener en cuenta el costo de manutención del celular, de la línea telefónica y del profesional que se encargará de estar pendiente de este servicio. Pensemos que si el mismo resulta exitoso necesitaremos a tres o cuatro personas que se ocupen casi con exclusividad de este servicio, por lo tanto, resultará vital justificar ante el superior la puesta en marcha del mismo ya que poco a poco se pueden sumar nuevos gastos, como por ejemplo, el sueldo de más de dos empleados.
En este caso, ¿cómo justificamos el servicio? ¿Qué tipo de rentabilidad le proporcionará a la biblioteca y a la institución que la alberga?
Pensemos, ¿qué tipo de servicio brindamos por este medio? Indudablemente, queremos acompañar de manera permanente al usuario para asesorarlo en materia bibliográfica sin importar dónde se encuentre en tiempo real.
La noticia realmente maravillosa es que ahora, por lo menos en la biblioteca, ya no vamos a necesitar tener un móvil ya que podemos conectarnos a WhatsApp en la web a través de un navegador, sin necesidad de descargar ningún programa. Para ello tenemos que tener asignado un número en WhatsApp, es decir, habernos dado de alta en el servicio móvil de cualquier plataforma y llenar un formulario indicando el número del destinatario y el nombre con el que queremos que el receptor nos identifique, junto al mensaje. Como aún está en pleno desarrollo no se podrá intercambiar archivos multimedia ni esperar que tenga una buena velocidad de envío, no obstante, podemos decirle a nuestro superior que algunos gastos podremos bajarlos en un tiempo relativamente breve ya que no tendremos de mantener un celular con abono pues podremos convertirlo a tarjeta.
Solo es una posibilidad que deberíamos reservar para ciertas bibliotecas en las que el tiempo y la efectividad en la comunicación pueden llegar a ser fundamentales y altamente justificables. Con el tiempo, quizá, se podrá extender este servicio a todo tipo de bibliotecas.
Responder