Lic. Marcelo de la Puente
La Sociedad de la Información es una sociedad de inclusión social, en la que se comparten los recursos, sin embargo, en las bibliotecas públicas argentinas no estamos muy seguros que esto se cumpla.
No negamos que cualquier ciudadano puede ingresar a una biblioteca pública a consultar información, sin embargo, ¿qué es lo qué se puede consultar? Sabemos que la información es un producto descartable que exige reposición inmediata, ya que se produce con rapidez y tiene un alto grado de obsolescencia.
Las bibliotecas públicas nacieron en Estados Unidos con la finalidad de preservar la democracia. En muchos países simbolizan cambios sociales importantes. La biblioteca pública en los países latinoamericanos, y en especial en Argentina, no puede garantizar el libre acceso a la información. Hay demasiada información en la actualidad y la mayoría de ella no se encuentra en nuestras bibliotecas. Nos referimos a las vastas colecciones de publicaciones periódicas científicas, impresas o electrónicas, actas de congresos, conferencias, libros de edición 2009 y 2010 de variada temática.
Nuestras bibliotecas se actualizan pero lentamente, en realidad, almacenan un fondo mayor relacionado con las necesidades de los alumnos de nivel primario y secundario, con poco caudal de información para alumnos universitarios y para investigadores, e incluso para el lector ávido, que solo pretende encontrar literatura recreativa.
La biblioteca pública, dada estas circunstancias, no opera como una herramienta de inclusión social. Todavía no contamos con terminales de PC suficientes con acceso a Internet y a una variada cantidad de material digital, no tenemos estaciones de trabajo para que el usuario pueda venir con su notebook, u otro dispositivo para trabajar en la sala de estudio.
En el momento que logremos consolidar buenas colecciones temáticas, retrospectivas y actualizadas, para que la población pueda consultar, podremos decir que la biblioteca pública cumple con su objetivo principal.
Por otra parte, la biblioteca pública debe liderar los programas de alfabetización informacional, de manera que, integre a aquella población que aún no sabe o tiene poco entrenamiento en el manejo de nuevas tecnologías.
Necesitamos que la biblioteca pública otorgue igualdad de oportunidades a todos los habitantes, tanto a los que se encuentran en los puntos más distantes y extremos de nuestro país, como aquellos que se hallan en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Nos queda esa asignatura pendiente, de que todas las bibliotecas públicas estén lo suficientemente equipadas como para que los usuarios puedan obtener los máximos beneficios de su uso.
Además, tenemos que lograr que los profesionales de la información se sientan orgullosos de trabajar en ellas, y que sobre todo, aporten buenas ideas para que las mismas cada vez funcionen mejor, brindando servicios variados a una población tan heterogénea como lo es la población argentina.
Fuente: Consultora de Ciencia de la Información
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